sábado, 10 de julio de 2010

"La oruga" de Edogawa Ranpo

El relato “La oruga” (Imomushi, 1929), de Ranpo, el Poe japonés, está escrito el mismo año que “Kani kosen”. Pasamos así del terror del realismo colectivo, al terror del mundo privado de Tokiko, en un Japón que prepara el horror del delirio político-militar de preguerra. “La oruga” lleva nuestra realidad cotidiana a uno de sus límites, y como es propio de la maestría de Ranpo, nos sitúa en ese espacio liminal donde nuestra imaginación, desatada y acuciada por la presión de la realidad, ocupa un gran espacio de nuestra conciencia, y contribuye a nuestra tortura. Incluso el eros acusa la distorsión, y Tokiko vive una fantasía dantesca.


"Esta increíble escena erótica trajo a la memoria de Tokiko la ilustración de una postal donde se representaba un pasaje del Infierno de Dante; pero, a pesar de todo, mientras su mente divagaba, el desagradable y repulsivo abrazo de la pareja pareció excitar todas sus pasiones reprimidas y paralizar sus nervios" (en Relatos japoneses de misterio e imaginación, Ediciones Jaguar 2007, p. 79)

Puede ser una visión del segundo círculo, el de los amantes que sucumben a la pasión más allá de los límites de la razón. Ranpo invierte la lógica de Dante. No el horror a que condena la pasión amorosa, sino la pasión amorosa convertida en un círculo de terror, unos cuerpos suspendidos en un gran vacío y entrelazados, como las sombras de los amantes en el torbellino que presencia Dante, y que sintiéndose desfallecer cae como un cuerpo muerto.

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