miércoles, 28 de julio de 2010

Juan Masiá, in honorem

Leo con estupor las recientes noticias de prensa sobre la caza de brujas a que está siendo sometido el jesuita profesor de ética y niponólogo, Juan Masiá. Le he conocido en una sola ocasión, y he mantenido un breve contacto de intercambio, y como colega he de lamentar profundamente que este especialista en pensamiento ético japonés no sólo no obtenga el debido reconocimiento que merece en nuestro país, sino que sea perseguido intelectualmente por hereje.
No sé como teólogo, pero como niponólogo su trabajo es intachable e inspirador de nuevas generaciones. Yo me inicié en la niponología gracias al estímulo de otro jesuita, otro hereje de la moral de la orden, que optó por colgar los hábitos y desposar a una japonesa, tener hijos muy guapos, y buscar discípulos. Le fue mejor que en un enfrentamiento estéril con la jerarquía.
A Masiá le debemos en España:
- El sutra del Loto, en Sígueme 2009
- Aprender de oriente: Lo cotidiano, lo lento y lo callado, Desclée de Brouwer 2008
- El Dharma y el Espíritu, con Suzuki Kotaro, en Promoción Popular Cristiana 2008
- Pararse a contemplar: Manual de espiritualidad del budismo Tendai, del maestro Zhiyi, en excelente versión al castellano, Sígueme 2007.
- Antropología del paisaje: Climas, culturas y religiones, del filósofo Watsuji Tetsuro, en versión castellana de Sígueme 2006.
- Pensar desde la nada: Ensayos de filosofía oriental, selección de escritos de Nishida Kitaro, en versión castellana de 2006.
- El despertar de la fe, traducción del clásico en Sígueme 2003,
sólo en el área niponológica. Con este palmarés se hace irrelevante su posible conflictividad teológica. Masiá merece el reconocimiento debido a los que trabajan incansablemente para dar a conocer en nuestro ámbito cultural textos y autores de una importancia enorme en una historia global del pensamiento y la cultura intelectual.
Como eso, como el gran intelectual que es, reciba desde esta página nuestro sincero homenaje.

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