lunes, 19 de julio de 2010

Brecht y "La Judith de Shimoda"

En "La Judith de Shimoda" (Die Judith von Shimoda, 1940; Alianza 2010), Brecht hace homenaje simultáneo a la figura de la Judith judía y al autor dramático japonés Yamamoto Yuzo, en una versión universalista de la heroína que enfatiza su tono feminista y trágico. También en Japón una mujer del pueblo es utilizada por su sobresaliente carisma personal para fines diseñados por la alta política, y cual títere es desechada e incluso victimizada. Una heroína convertida en chivo expiatorio nacional, al estilo también de una Juana de Arco o una Mariana Pineda. Con la diferencia de que el mundo moderno del capitalismo internacional no ofrece una causa a Okichi en la que creer, sino tan sólo una razón de estado por la que sacrificar su virginidad y a cambio perder para siempre su dignidad humana. Los americanos quedan retratados como el poder del militarismo hegemónico, y los japoneses como unos políticos que no dudan en entregar a lo mejor de su nación para evitar la agresión. Okichi, que representa al pueblo en su momento prístino de pureza, es incluso objeto de escarnio popular por la masa ignorante e insensible, que la excluye del seno de su comunidad natural. Proletariado del proletariado, Okichi es despojada de identidad nacional y personal, y proyectada a un exterior existencial como paria del mundo.

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