miércoles, 2 de junio de 2010

"Cuentos de Tokio"


Me teneis que disculpar. Esta entrada no es nueva. Figuraba en el blog anterior. Pero como quien elige algo viejo de su casa para llevarse a una nueva, esta película no puedo dejarla en el contenedor de segunda mano de internet. Me la tengo que llevar conmigo.
Prometo que las siguientes serán nuevas.
"Cuentos de Tokio"o "Historias de Tokio" ("Tokyo Monogatari") dirigida en 1953 por de Jasujiro Ozu es una película antológica del cine japonés pero también un clásico a nivel internacional. Y sobre todo, es una obligada referencia para entender la estética del cine japonés, tan alejada de la narrativa del cine occidental.
Jasujiro Ozu analiza el Japón contemporáneo, al contrario que otros directores como Kurosawa o Mizoguchi, que prefieren épocas anteriores y este hecho marca una significativa diferencia en los años en los que se presenta esta cinta. Pero además lo hace sin alejarse un ápice de su cultura, lo que hace esta diferencia todavía más llamativa.
Jasujiro Ozu, trata en Cuentos de Tokio el enfrentamiento entre el Japón tradicional y el Japón moderno, a través de las relaciones entre dos generaciones de la misma familia. Y lo hace escrupulosamente pero con una exquisita sensibilidad.
Formalmente Ozu nos lleva de interior en interior poniendo la cámara a una altura incómoda, como si siempre estuviésemos de rodillas. Este hecho obliga al espectador a adoptar un punto de vista propiamente oriental. Sin embargo no dura la sensación de incomodidad. Ozu no pretende eso, sino que cambiemos la forma de mirar para apreciar toda la carga informativa de sus imágenes. Los personajes son tan importantes como el espacio en el que se mueven y para conseguir este equilibrio lo que hace es no impostar ni la parte formal ni el contenido. Con muy pocos movimientos de cámara y planos fijos de composición absolutamente estudiada nos muestra un discurso visual modesto, casi austero, pero muy potente.
En cuanto al contenido, el argumento nos cuenta el viaje de unos padres ancianos que viven en el campo para ver a sus hijos en Tokio. Es ahí donde nos encontramos con una fractura generacional que a la vez es la fractura entre dos culturas. Los ancianos representan el Japón de las tradiciones ancestrales mientras que los hijos pertenecen al Japón del progreso y de las innovaciones técnicas. Los padres ven resignados cómo sus hijos están olvidando los valores en los que ellos creen y los hijos no tienen tiempo ni espacio para unos padres anticuados según las condiciones de su modernidad.
Ambos tiempos, junto con un tercer episodio a modo de epílogo están unidos por el tren. El tren como metáfora de cambio, como metáfora de viaje interior, marca la carga emocional, de cambio, de soledad y de pérdida.
Lo que remata esta fantástica película es que Ozu no nos dice qué es mejor ni qué es peor. No elige por nosotros. Con suma delicadeza pero una brutal profundidad nos enseña los cambios que se producen en su país y las consecuencias en las relaciones humanas.
Volveré a este tema, como contrapunto para la reflexión sobre los cambios de paradigmas sociales por el desarrollo económico y tecnológico en una próxima entrada. Será interesante ver esa dicotomía entre tradición y modernidad en el cine, 50 años después de que lo hiciese Ozu.
En lugar de aportar bibliografía, en esta ocasión os comento una novedad en dvd en España. El Documental "Tokyo ga" del director Wim Wenders, profundo admirador de Ozu. En el documental, realizado en 1985, Wenders se dedica a recorrer el Japón que Ozu describía para comprobar qué queda de aquél. El documental se completa con anécdotas y conversaciones, con quienes mejor lo conocieron.

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