
El dramatismo tan efectista de este relato procede del hecho de que unos días antes es justo el momento en que pensamos "esto no debería haber pasado", "se pudo haber evitado", aún más conmovedor que el relato de los días después, pues lo hecho ya es inalterable y no tiene sentido darle vueltas, no hay otro camino que asumirlo. Pero lo que está a punto de ocurrir pero aún no ha ocurrido... Es como un viaje en el tiempo de esos en los que tenemos la tentación de intervenir y salvar al mundo, antes de que ocurra lo que ahora sabemos, pero aún no se sabía unas horas antes, es como "aún estamos a tiempo".
Otra cuestión que queda palpable es la absoluta inutilidad del holocausto en términos de necesidad histórica. La población estaba suficientemente hostigada, el final de la guerra era inminente, y a pesar de eso... Todas las argumentaciones del tipo "no quedó más remedio", "habría sido peor", quedan expuestas como lo que son, argumentos de evasión de responsabilidad del agresor, de un cinismo que aún hoy es indignante. A fin de cuentas cuál es la frase favorita que dirige el maltratador a su víctima? No es "no lo quiero hacer, pero no me dejas otra opción"?
En definitiva, celebro la oportunidad de esta publicación. Ahora queda para cumplir nuestra deuda con los autores clave de posguerra traducir a Hiroshi Noma, ¿alguien se atreve?
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