jueves, 6 de enero de 2011

"Los engranajes" (1927)

Celebramos la reciente publicación de dos relatos de Akutagawa que precedieron y anunciaron su suicidio unos meses después, "Kappa" y "Los engranajes" (Paradiso Eds. 2010). Así sucede en "Los engranajes", relato de despedida escrito unos escasos tres meses antes, donde habla explícitamente del suicidio del protagonista, alter ego del autor. Escrito en la primera persona de la "novela japonesa del yo", sorprende siempre en la escritura de Akutagawa su sentido de la modernidad, una modernidad ni occidentalizante ni postiza. La modernidad que vivió la literatura japonesa en Taisho, heredera de Soseki, y que entró en crisis en Showa, pero que nunca ha perdido. Akutagawa aquí muestra su faceta más radical, y se muestra claramente maestro de Dazai. Abundan las citas, es un relato con un alto componente de intertextualidad. Cita los clásicos europeos sin complejos, mostrando la devoción de los autores japoneses de la época por los grandes autores rusos.
"Mientras regresaba, me propuse llamar a un hospicio. Pero mi ingreso en él significaba una muerte segura. Después de vacilar una y otra vez, traté de ahogar mi temor leyendo Crimen y castigo. Sin embargo, la página que había abierto pertenecía a Los hermanos Karamazoff. Creí haberme equivocado de libro y miré de nuevo la portada: decía Crimen y castigo..." (p. 113-114). ¿Alguien recuerda la devoción de Mishima por Los hermanos Karamazoff?

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